Cuántas veces hemos dicho o escuchado “De algo hay que morirse”. Por lo general cuando alguien expresa esa frase, en ese momento está experimentando algún placer particular, mal visto por el grupo que lo rodea en ese momento.
En el periódico, la televisión, la radio, uno que otro libro, amistades, recibes cualquier cantidad de recomendaciones de cómo llevar una vida sana y plena, que te garanticen muchos años de vida. El problema aquí, es que si le paras bola a esa sarta de estupideces, tu vida queda resumida a nada, porque resulta que todo te hace daño y nos quieren mariconear con la fuente de la eterna juventud llevando la vida de un vegetal.
Lo primero que los sabiondos quieren imponerte es la forma de comer, la dieta consiste en hacerte pasar más hambre que un divorciado sin abrelatas y vivir en la más absoluta paranoia con cada alimento que ingieres, que tiene no se cuentas calorías, que a determinadas horas eso no se puede comer y total para resumir te piden que vivas a punta de maticas sin sal y cocinadas al vapor. Yo cada vez que mi presupuesto lo permite, me atraganto con una buena punta trasera término 3/4, sin ningún tipo de remordimiento, si pudiera comer carne todos los días, lo haría. Si uno piensa un poco, toda la vida, la humanidad ha sufrido epidemias, pestes, viruela, infecciones y demás cosas, y no se armaba tanto escándalo con eso de morirse. Quizás la única diferencia es que antes, el óbito era por causas naturales, designios divinos y por alguna intervención humana, en este último caso, con razón o no, si se identificaba al responsable, era descuartizado en alguna plaza pública. Pero ahora, para no morirse, nadie quiere trabajar duro, no te puede doler nada, no fumamos ni bebemos y todo lo que consumimos tiene que ser aséptico, incoloro e insípido para poder vivir lo suficiente, y ver a nuestros hijos llevarnos a coñazos al asilo de ancianos, donde ya cagaremos en pañales, mientras vemos Sábado Sensacional, donde claro está, para que no te haga daño la comida, todo lo vas a engullir en puré. ¿Llevar una vida “sana” para esto?
La vida es vida mientras se pueda disfrutar, una cosa es cuidarse y otra es obsesionarse. Comiendo o no sano, haciendo o no ejercicios y tomando el café con azúcar o esplenda, el ciclo de la vida tendrá su fin, solo que algunos con nuestra vida sedentaria lo haremos sin tanto alboroto.
Un tal Winston Churchill cuando le preguntaron a que debía su longevidad, respondió: ¡Al deporte!…jamás lo practiqué. Y este les aseguro que algo sabe.