BITÁCORA DE EVACUACION

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¿Qué ven en la imagen? No es cualquier baño, es el mío. Un espacio de total disfrute como ningún otro lugar. Aquí puedo ser yo mismo haciendo algo que me gusta, sin reclamaciones, sin pudor, de manera diaria y siempre soy bien recibido. No lo cambio por ningún otro.

Hoy dedicaré mi post a ese proceso natural y cotidiano que es el evacuar. Es que la belleza del cagar en un ambiente cómodo es digno de tener en cuenta, estoy claro que las cagadas no pueden venerarse, pero valoro este acto sublime y todo lo que lo rodea. Antes de que emitan juicios de valor por lo que estoy escribiendo: “eres un cerdooooo”, muy pocas personas pueden negar que el olor emanado de nuestras deposiciones pueden ser hasta agradables y un buen tamaño de ellas, al igual que en otras situaciones, es sumamente importante para sentirse orgulloso. Hay quienes colocan un ambientador o prenden una barrita de incienso, pero estamos claros que es por consideración por los demás.

El proceso de cagar afortunadamente es privado. El momento de éxtasis que siento en su salida…si ese donde entre cierras los ojos y exclamas ¡Aaaaahhhhh!, me hace una persona altamente vulnerable, tanto, que sería capaz de decir sí a cualquier cosa en ese momento con tal de no desviar la relajación de mis esfínteres que en ese instante tienen vida propia.

Para cagar tienes que dedicar el tiempo que sea necesario, en mí caso que no tengo el más mínimo apuro, salvo situaciones extraordinarias, lo hago siempre en el calor de mi baño. Que desagradable es descargar en un recinto sanitario ajeno donde la presión es tal, que te vez obligado a pujar de manera continua, dando prioridad a que salga mas volumen en el menor tiempo posible. Que desgracia cuando eres la visita y te entran esas ganas de cagar y las condiciones de ventilación y aislamiento sonoro no son las óptimas. Por más pequeña que pueda ser la cagadita, las incomodidades te hacen tener el ano cohibido, me arrecha no poder lanzarme un sonoro peo por pena a ser escuchado……¡Es que ahora nadie se lanza un peito nunca! Por algún lado hay que eliminar los gases. ¡Si, las mujeres también se lanzan peos!

Pocos momentos tenemos de intimidad como el que nos proporcionan las cagadas. Esos momentos sirven para encontrarte contigo mismo, son de profunda reflexión. Hay actividades complementarias asociadas a las deposiciones como: fumar, leer, verse al espejo, jugar con el teléfono, escribir un blog, cantar, etc, son un plus a ese momento de esparcimiento. Es que el cagar es tan placentero, que las vivencias uno debería compartirlas con los seres queridos, amigos, novia…..pero en cambio es un placer marginado. Me arrecha que la gente para decir que va al baño, lo hace con frases ridículas como: “Voy a hacer pupú” “Voy a sacarme un peso de encima” “Voy a hacer un barrito” “Voy a ponerle sabor al caldo”…..¡que mariquera es esa!...¡Voy a cagar!

No puedo negar que a todos nos han dado más de una vez esas ganas incontenibles en el momento menos propicio, esas que un simple estornudo puede llevarte al desastre. Que arrecho es aguantar para no cagarse encima estando en una tremenda cola en la autopista, el pobre pedal del freno menos mal que es resistente, el se lleva toda la presión para sobre llevar esos momentos aciagos. La que nunca falta es la del Autobús, si cuenta con baño, está el típico cartelito “Prohibido Sólidos” regresas a tu asiento caminando con los muslos pegados y pantorrillas separadas, una vez sentado te secas el sudor, por más que trates que de pensar en otra cosa….que va….los cólicos y los dolores te lo impiden. Lo bueno es que los asientos de tela tienen gran absorción de peos, en una oportunidad viajando con mi novia, ella me tenia abrazado y me lance una flatulencia como de 8 segundos, tan ingenua ella que me dice “Adrian te esta vibrando el celular” ni se enteró. Cuando estas aguantando las ganas es imposible desviar tu atención, todo lo contrario, la vaina es una obsesión, como un centinela analizas el lugar que te rodea y empiezas: “yo puedo cagar fácil detrás de aquel carro sin que me vean” “Verga debajo de aquel árbol es un buen sitio”

Por eso, aunque lo nieguen, aunque lo marginen, aunque sea mal visto, nadie, nadie me puede negar que: ¡¡Cagar es un verdadero placer!!

¡Buen provecho!