NAVIDAD LINDA NAVIDAD

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Pues sí, lo inevitable ha llegado. Lo que tanto temíamos ya está aquí. Diciembre y La Navidad. Esta época donde el nivel de estupidez de las personas aumenta de manera vertiginosa, ya nos arropa. Para que no se diga que soy un agente anti navideño, que no hay amor en mi corazón, que esta es la época de unión entre personas, es tiempo de alegría y felicidad, y demás frases sacadas del culo de un perro, propongo que nuestras características más folclóricas y cotidianas sean enmarcadas como se merecen. La idea es resaltar nuestros valores culturales y sociales ya vigentes, no es necesario inventar nada nuevo. Recordemos que no siempre lo reciente es lo mejor; y conviene destacar y sobre todo confirmar lo tradicional.

Para empezar, ya que en teoría el racionamiento de luz fue cancelado. Propongo que nuevamente sea colocada la linda iluminación en el Rio Guaire de años anteriores. Si, aquella que simulaba olas y eran colocadas en prácticamente toda su extensión. Claro está, que no se pierda el hacer de eso un hecho político, y las instituciones coloquen en sus respectivos sectores el color de su tolda. Los caraqueños necesitan espacios de reunión, con esta actividad, nuevamente podrán estacionarse sin el mayor problema en la cogestionada Francisco Fajardo, para pasar románticas veladas con olor a mierda.

Algo que me tiene profundamente molesto, es el hecho, de que el impertinente Niño Jesús aun tenga su espacio como producto de mercadeo. Arreciemos con mucha más fuerza, para que el gordito vestido con traje de invierno en el trópico, tome finalmente la totalidad del espacio que le corresponde. Basta ya de la imagen del bebecito en el nacimiento rodeado de animales desnutridos.

Propongo que en las principales arterias del país, sean colocados pasarelas y puntos urbanos desde donde el público seguirá de cerca, eso sí, lo más lento posible, la ejecución de las obras publicas. Se podrían organizar recorridos temáticos, para observar de cerca la maquinaria pesada estacionada; con el pintoresco espectáculo que resultan las mentadas de madre ciudadanas, que resaltan nuestro mejor sentido de urbanidad. Para los pequeños, ya de vacaciones anticipadas, se pueden organizar talleres infantiles, donde a cada niño será equipado con casco, pico y pala, para que ellos mismos hagan sus propios huecos. Ojo, todo esto bien organizado, con facilidades de acceso, rampa para minusválidos, palcos para turistas y comodidades para personas de la tercera edad.

Usando las mismas pasarelas, el digno público puede observar, las caminatas extremas de los transeúntes al borde de la deshidratación, como sortean aceras rotas, basura, autobuseros, motorizados y demás afines. Esta actividad, seria para todas las edades.

Otra idea genial, seria convocar en una misma zona, a los mendigos y daleros que nos encontramos en cada semáforo de la ciudad. Teniéndolos todos concentrados al menos por un par de días en un lugar apto, podremos disfrutar de increíbles actos: malabaristas con dos pelotas, el mocho saltando la cuerda, los piedreros que tienen menos carne que el manillar de una bicicleta queriendo limpiarte el vidrio del carro quieras o no, sin dejar atrás las actividades lúdicas, como las divertidas acampadas en cajas de cartón en plazas y parques, competencias de velocidad por niños hambrientos tras un plato de comida. Para la completa participación del público, se pueden organizar competencias de obstáculos, es decir, los indigentes que te tropiezas cada dos pasos diciendo: ¡tengo hambre, dame pa comé!, o los vendedores de estampitas, crucifijos, chocolates, a módicos precios que no empobrecen ni enriquecen a nadie.

Como este es el mes de compartir, y después no se diga que acaparo todas las ideas para actividades de tradición, propongo profundizar eventos como: todos somos unos hijos de puta, la empresa expropiada, el edificio invadido, los conductores malditos, las matracas policiales y llega a tu casa a salvo.