EUTANASIA VENEZOLANA

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Tengo ya un par de días con una fuerte amigdalitis, cada vez que tengo que tragar saliva suelto cualquier cantidad de maldiciones por el fuerte dolor, a esto le sumo el tratamiento de antibióticos que me recetaron, que fácilmente podrían curarme una gonorrea, cojeando después de la inyección y tomarme el calmante, me acuesto a esperar que haga efecto. Ya con el dolor bastante disminuido pienso “¿De qué coño me quejo tanto?”. Desconozco si el quejarse es un derecho, pero sin duda, en algunos es mas justificado que en otros. Quizás por los efectos de las medicinas reflexionaba con mas dramatismo del adecuado, si así me comporto con una infección de garganta, que queda para enfermos de real gravedad, que soportan dolores inimaginables, donde en su último ápice de conciencia,les sirve para darse cuenta, que finalmente lo que llevan días pidiendo está próximo a llegar.

¿Sería moralmente aceptable que pudiéramos elegir cuando acabar con el sufrimiento?

La eutanasia es definida como: causar la muerte de un ser humano, con la intención de evitar el sufrimiento. La eutanasia activa solo puede ser utilizada de forma voluntaria por enfermos terminales clínicamente comprobados, que además hayan manifestado de manera clara y repetida su voluntad de fallecer. Al menos así lo explican los países donde esta práctica se ha despenalizado, tal es el caso de Holanda y Bélgica. Funciona para mi, en lo particular creo conveniente tener la opción de la puerta trasera, en caso de querer usarla.

Lamentablemente se bien donde estoy, en Venezuela los debates en temas de importancia son una verdadera comedia, imagino que para el caso de la eutanasia, saldrán obispos lanzando el grito al cielo, vociferando que en nombre de otro, son los encargados de decidir cómo nos debemos morir, políticos con su irremediable demagogia, y una opinión pública pretendiendo darme clases de moral y luces sin tener la mas mínima idea del tema.

Si el camino para la discusión seria cuesta arriba, pues una hipotética aprobación sería peor. Como es usual, mínimo requeriría de una carpeta Oslo para la cantidad de papeles exigidos, cuyos trámites se realizarían en no menos de diez sitios diferentes, haciendo colas desde la madrugada de al menos ocho horas, para la posterior revisión en tres ministerios distintos; la ley en sus innumerables clausulas, indicará que las gestiones se harán obligatoriamente de manera personal por la parte interesada, es decir, por quien está a punto de pelar bola. Los trámites para guillotinare por voluntad propia durarían no menos de seis meses.

Cuando en este país podemos hacer bandera de algo, ese algo puede darse por bien manipulado y bien jodido. Seguramente con la frente en alto diríamos que tenemos la mejor ley de eutanasia del mundo, pero nadie cumpliría. Al cabo de un tiempo, pagando alguna comisión a funcionarios y a carniceros de bata blanca, se aplicaría para el provecho del cualquiera menos del enfermo, mas de una familia solucionará algún peo diciendo…“Papa vamos de paseo que es hora de descansar, mami esta en el cielo esperando”. Ancianos llevados en camilla, llenos de tubos gritando…“Yo no quiero, son esos hijos de puta de mis nietos que me obligaron a firmar no se qué”. Las vacaciones familiares finalmente podrán contar como primera parada el eutanatorio o como se llame y así aligerar la carga para el viaje…“Mi amor cuida a los niños mientras llevo al abuelo a que se lo raspen”. Ya me imagino las colas en la Seguridad Social, para obtener la agotada pastilla que te libere de algún dolor producido por un cáncer terminal que te hace jurar en latín. Al cabo de un tiempo la eutanasia será decretada obligatoria para todo el mundo según el criterio de uno, y si el patio de pensionados se llena de vetustos jodedores, ya saben lo que les va a tocar.

Pensándolo bien la eutanasia no es un tema totalmente desconocido para nosotros, sabemos muy bien aplicarla en las leyes. En burocracia, demagogia y coño de madrismo no hay quien nos gane.